Diferencia entre Limbo y Purgatorio

Limbo y Purgatorio son dos lugares de los que muy probablemente has oído hablar, ya sea en películas o libros. Son lugares que se encuentran entre el cielo y el infierno. Sin embargo, son distintos y no deben confundirse. 

Aunque nadie (que esté vivo) los ha visto, son completamente diferentes y pertenecen a distintas ideologías.

Limbo

Según la doctrina de la Iglesia Católica, no hay ningún sitio conocido como Limbo. Sin embargo, para ellos el Purgatorio (que sí existe) viene a ser más como un proceso que un lugar.

limbo
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Los teólogos medievales de Europa Occidental, dividieron el inframundo en cuatro partes bien diferenciadas: el infierno de los condenados (también conocido como Gehenna), el Purgatorio, Limbo de los padres o patriarcas y Limbo de los niños.

Según esta división, la primera parte es donde se colocan las almas que mueren con el pecado. El Purgatorio es el lugar donde las almas se preparan para el cielo, mientras que el concepto de Limbo fue introducido por el filósofo y teólogo Agustín de Hipona; quien afirmó que los niños no bautizados eran enviados a ese lugar. Esa idea fue aceptada durante 800 años, hasta que Tomás de Aquino afirmó que el Limbo de los niños es un estado de felicidad natural para los niños no bautizados.

Purgatorio

El purgatorio puede ser considerado como un estado donde se produce la ‘purificación’. Según la doctrina Católica, el cielo es un lugar donde no hay pecado. Así, las personas que los han cometido los expían antes de subir a él.

purgatorio
purgatorio

Aunque en vida las personas se hayan arrepentido por sus pecados, aún tienen que pagar el precio o las cuotas a la gente que dichos pecados hicieron daño. En el momento del juicio, las personas que han pagado por sus pecados entran en el cielo y quienes tienen muchos son enviados al infierno.

Debido a la confusión que muchas personas tenían respecto al Limbo y el purgatorio, el 22 de abril de 2007 el Papa autorizó a la Iglesia Católica para descartar la idea de un Limbo. De modo que ahora se cree que los niños no bautizados entran automáticamente en el cielo.