Diferencia entre suicidio y eutanasia

Existen algunas similitudes entre el suicidio y la eutanasia, razón por la cual algunos confunden estos dos términos y creen que describen lo mismo; sin embargo, a pesar de cualquier parecido que pueda haber entre estos conceptos, lo cierto es que describen actos diferentes.

Si también tienes dudas al respecto o quieres saber un poco más acerca de la diferencia entre eutanasia y suicidio, continúa leyendo, porque a continuación te la explicamos.

Suicidio

El suicidio puede definirse como el acto de quitarse la vida voluntaria e intencionalmente. Hay diversos factores que pueden conducir al suicidio, pero generalmente quienes lo cometen lo hace por alguno de los siguientes: niveles de estrés muy altos, problemas económicos, problemas de pareja o amorosos, infelicidad, muerte de algún ser muy querido, depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, abuso de alcohol o drogas, entre otros.

suicidio

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el suicidio ocupa el lugar número 13 como causa de muerte a nivel mundial. Más de un millón de personas se suicidan cada año y cerca de 10 y 20 millones lo intentan sin éxito. Entre adolescentes y adultos menores de 35 años es una de las principales causas de muerte y, en caso de los hombres las probabilidades de cometer suicidio son 4 o 5 veces mayores que en el caso de las mujeres.

Eutanasia

Por otra parte, la eutanasia es el acto de quitarse la vida o permitir que otro se la quite con el objetivo de acabar con un sufrimiento o dolor que por lo general es provocado por alguna enfermedad.

eutanasia
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La eutanasia puede ser categorizada de diferentes maneras: voluntaria, no voluntaria e involuntaria; pero todas estas categorías puede resumirse a dos grupos: eutanasia activa y eutanasia pasiva. La primera se refiere al «suicidio asistido» y se da cuando alguien ayuda a un enfermo que esta sufriendo demasiado a acabar con su vida. En otro orden, la eutanasia voluntaria pasiva ocurre cuando alguien que depende de aparatos médicos para vivir pide que se los retiren, aun sabiendo que en esos casos la muerte es casi 100% segura. En el caso de la eutanasia pasiva, ésta es la que se da cuando la persona enferma se niega a llevar un tratamiento que representa la única vía de alargar su vida un poco más y, la eutanasia activa es cuando alguien pide drogas u otras sustancias con el propósito de matarse (esta última es la más común cuando las personas sufren de alguna enfermedad terminal).

La eutanasia no voluntaria (a veces llamada «muerte piadosa») sucede cuando no se cuenta con el explícito consentimiento de la persona afectada, ya sea porque la misma se encuentra en estado vegetativo o cualquier otra causa. En estos casos es la familia, representante legal o la pareja quien toma la decisión de parar de dar todo tipo de soporte para que la persona se mantenga con vida (eutanasia pasiva) o utilizar una inyección letal para acabar definitivamente con la vida en cuestión (eutanasia activa).

Por último, la eutanasia involuntaria ocurre cuando se lleva a cabo en una persona que es capaz de consentirla pero no lo hace. En este caso, dicha persona no elige morir porque por lo general en ningún momento se le pregunta acerca de eso como para dar su consentimiento, por lo que es frecuente que los casos de eutanasia involuntaria sean considerados como homicidios.