Diferencia entre manía y fobia
|Las fobias y las manías son dos condiciones psicológicas diferentes, por lo tanto, no deben emplearse estos términos como si fueran sinónimos. Algunas personas los usan de manera indistinta porque ignoran en qué se diferencian y otras los distinguen, pero si se les pregunta qué estado describen, no saben como explicarlo.
Ambas condiciones tienen síntomas y efectos diferentes en las personas y si tú tienes dudas al respecto, continúa leyendo para que puedas resolverlas.
Manía
Esta palabra viene del griego y básicamente significa «locura». Una persona maníaca se encuentra en un estado abnormal, caracterizado por un alto nivel de energía que incluye irritabilidad, ideas de grandiosidad, falta de sueño, incremento en el tono de la voz, desconexión con el pensamiento racional, incremento en el deseo sexual y un comportamiento social inadecuado.
Generalmente, se considera como lo opuesto a la depresión; aunque técnicamente no lo es. Para los psiquiatras y psicólogos actuales, la manía es un síntoma presente en una gran variedad de condiciones psiquiátricas; como es el caso de trastono bipolar.
Fobia
Por otra parte, una fobia es temor exagerado e irracional hacia un objeto, lugar, persona, animal, situación, sentimiento…Cuando alguien padece una fobia tiene un sentido irrealista del peligro que puede envolver algo; tan grande puede llegar a ser el miedo, que puede incluso que algunos individuos teman por su vida.
En la actualidad, las fobias forman parte de los trastornos de ansiedad, lo que quiere decir, que cuando una persona entra en contacto con aquello que teme, sus niveles de ansiedad se elevan exageradamente.
Algunos de los síntomas más comunes que experimentan las personas que sufren de alguna fobia son: mareos, náuseas, parálisis, incremento del ritmo cardíaco, dificultad para respirar, temblores y dolores en el estómago.
Son muchas fobias que existen en el mundo y también las personas que las padecen. Esta condición puede provocar serios problemas sociales y personales.
Las fobias suelen manifestarse en la infancia o en la adolescencia y son menos severas a medida que las personas envejecen. Hay dos categorías principales para clasificarlas: fobias especificas o simples y fobias complejas.